Solemnidad de Jesucristo Divino Maestro 2017

Carta de Sor Anna Maria Parenzan, Superiora general

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Queridas hermanas

El Evangelio de la Solemnidad de Jesús Maestro del Año A, nos invita a situarnos en la última noche de la vida terrena de Cristo. En aquella sala, llamada después «Cenáculo», en el plano superior de una casa en Jerusalén, Él realiza la sorpresa de lavar los pies, prohibido incluso a los siervos judíos, comparados con sus amos por ser demasiado humillante y por lo tanto estaba reservado para esclavos extranjeros. Jesús vive el magisterio en el signo del amor supremo, del don de la vida: se quita el manto, se arrodilla delante de los suyos, se hace siervo y modelo «he dado ejemplo, para que como hice yo lo hagan también ustedes» (Jn 13,12-15).

La contemplación del Maestro en su “hora” se convierte para nosotros en la experiencia de la intimidad y asunción de su manera de ser y de actuar, para hacer como Él hizo (cf. Jn 13,34); es un apelo a entrar en la lógica de la «entrega», dejarnos sumergir en el amor trinitario para que toda vida, en un camino progresivo de cristificación, llegue a ser epifanía de este amor. El Fundador nos solicitaba:

«vivir Jesucristo total… llegar a ser no solo unión de vida con él, sino también la acción de la vida con él, es decir, al apostolado» (FSP 55, p. 270).

La misión nace del amor. Repetía sor Assunta Bassi, con profunda convicción: «El apostolado es una vida, no es algo por hacer… ¿lo hemos entendido?». Y el Fundador confirmaba que para realizar la misión es necesario «tener un corazón ardiente… que ya no puede contenerse…» (FSP47 p. 417).

A la luz de la próxima solemnidad de Jesús Maestro, es bello redescubrir el apostolado como una manifestación de la vida de Jesús, que late en nosotras. Don Alberione insistía:

«Vayan a la iglesia, vayan a la visita y luego pregúntenle al Señor qué cosa quiere que digan y después escriban. Vayan a la Misa, a la Comunión, al tabernáculo…después escriban… Especialmente tomen de Dios. ¡Sentir al Señor! … Cada una sea como una llama…» (FSP54, p. 182 ss.).

Acaba de concluirse el 2° Seminario Internacional de los Editores Paulinos, realizado en la semana pasada en Ariccia (ver en el sitio paulus.net las relaciones). Ha sido una invitación a redescubrir la naturaleza de nuestro Instituto y a volver a escuchar aquel llamado a «hacernos pluma y voz de Dio» (cf. FSP54 p. 255) que toca nuestro corazón; y ha sido una ocasión muy oportuna para proyectarnos al encuentro que también nosotras organizaremos el próximo año para las hermanas encargadas de la editorial

El mundo nos interpela con sus miles de rostros marcados por el dolor, por la marginación, por la violencia y por el abuso de poder. Renovamos la fe en la gracia de la vocación para «discernir los caminos nuevos que el Espíritu va abriendo a la Palabra» (Const. 8). El Papa Francisco repite: «Afuera hay una multitud hambrienta y Jesús repite sin descanso: “Denles ustedes de comer”» (EG 49).

Acogemos la invitación del Papa a vivir el próximo 19 de noviembre, la primera “Jornada mundial de los Pobres”, creando momentos de solidaridad con las personas más desfavorecidas, reaccionando a la cultura del descarte y del derroche, asumiendo aquel estilo de vida sencillo, pobre y gozoso, rico de fe testimoniado por don Alberione, por Maestra Tecla, por las muchas hermanas que nos han precedido y que por el anuncio del Evangelio han dado la vida.

Buena fiesta de Jesús Maestro a todas, con gran afecto.

Sor Anna Maria Parenzan
Superiora general


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