Roma, 15 de junio de 2025
Dies natalis de las Hijas de San Pablo
Queridas hermanas y jóvenes en formación:
Una semana después de Pentecostés celebramos hoy – Solemnidad de la Santísima Trinidad – 110 años de nuestra historia, los pasos que cuentan el incansable caminar de las Hijas de San Pablo, la audacia de quienes confiaron y dijeron sí aún en la oscuridad. Pasos que han recorrido y siguen recorriendo los caminos siempre nuevos que el Espíritu abre a la Palabra.
Feliz coincidencia: Pentecostés, Santísima Trinidad, Dies natalis… Lo que tienen en común estos acontecimientos es el Protagonista: el Espíritu Santo, que sigue habitando el corazón y hablándonos, que está presente cuando nace algo nuevo, que inspira a quienes colaboran en una nueva creación, que empuja más allá, fuera de todo razonamiento humano. Nuevo Pentecostés ha sido la intuición de nuestro Fundador que nos lanzó a un apostolado sin precedentes que permite a todos escuchar la historia de las maravillas de Dios a través de los múltiples lenguajes de la comunicación. Y así la Palabra resuena y “corre” hasta los confines de la tierra, hasta las periferias existenciales y del pensamiento, porque la alianza con Dios y entre nosotras pasa por los lugares de la vida.
Con el P. Alberione, no podemos dejar de recordar, y precisamente hoy, la sabia contribución de la Primera Maestra Tecla que, en su vida cotidiana, tanto en los gestos como en las palabras, nos enseñó, convirtiéndose en un “signo”, que evangelizar no significa simplemente difundir el Evangelio, sino «practicar el Evangelio, antes de anunciarlo», porque solo viviéndolo se puede comunicar su fuerza transformadora.
Deseamos, por tanto, y nos comprometemos a ser presencias proféticas allí donde estemos y trabajemos; profecía de una vida transfigurada en el signo de las bienaventuranzas y profecía de humanidad, capaces de entrar en diálogo constructivo con nuestro tiempo, de ser testigos del Evangelio con una «comunicación desarmada y desarmante», impregnada de nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra caridad, para hacer creíble el anuncio. Incluso en el complejo mundo de la evolución tecnológica y digital que, en palabras del Papa León, es uno de los “rerum novarum” actuales que no podemos ignorar y en el que, como apóstoles de Jesucristo en la comunicación, debemos entrar decididamente con «responsabilidad y discernimiento».
En la raíz de estos desafíos – contenidos en el mismo tema del próximo Capítulo general: Impulsadas por el fuego del Espíritu, en escucha de la humanidad de hoy, comunicamos el Evangelio de la esperanza – hay para nosotras una renovada conciencia: Dios ama realizar grandes cosas a través de la pequeñez, como atestigua nuestra historia carismática. Por eso, a 110 años de nuestro nacimiento, confirmamos la fe en la capacidad simbólica de la minúscula semilla de mostaza, de memoria evangélica, que promete florecer y fructificar y entre cuyas ramas «los pájaros del cielo vienen y anidan» (Mt 13,32).
Feliz aniversario a todas, también en nombre de las hermanas del gobierno general. Que el P. Alberione y Maestra Tecla nos obtengan el don de nuevas vocaciones, para que la congregación pueda conocer desarrollos ulteriores según el designio y el corazón de Dios.
En comunión de alegría y esperanza,
Hna. Anna Caiazza
Superiora general

