Secundo domingo de Cuaresma 2022

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 …Subió al monte  

Unos ocho días después de estos discursos, Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago y subió al monte a orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y su túnica se convirtió en blanca y resplandeciente. Y he aquí que, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, aparecidos en gloria, y hablaban de su éxodo, que estaba por cumplirse en Jerusalen. Pedro y sus compañeros estaban agobiados por el sueño; pero, cuando despertaron, vieron su gloria y los hombres que estaban con él. (Lc 9,28-32)

Jesús, Moisés y Elías.
La historia de la salvación se resume en el diálogo entre ellos. Es una historia que se desarrolla en el tiempo, en la presencia de Dios, pero los tres privilegiados – Pedro, Santiago y Juan – ¡duermen! Este sueño también los oprimirá en el Getsemaní. Parece que los preferidos de Jesús, en los momentos fundamentales, solo saben dormir. Sin embargo, este sueño nos consuela, porque también nosotros a menudo somos incapaces de esa vigilia que es propia de quien ama. No obstante, el Señor lleva a cumplimiento su salvación. Él es quien vela por nosotros, y su vigilia nos despierta del sueño mortal.

La vigilia de la amada
Que yo te ame, Señor,
Y amándote vele la vigilia de la amada.
No permitas que mi espíritu
se adormezca en la indiferencia perezosa,
en el cinismo indiferente.
Despiértame como el amado despierta a la amada,
que mis ojos se abran,
hoy y en el último día,
a tu radiante belleza. Amén

Tomado del libro El Evangelio se hace camino de Roberta Vinerba, Paulinas


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