Mensaje final 2021

38° ENCUENTRO DE LOS GOBIERNOS GENERALES DE LA FAMILIA PAULINA

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

XXXVIII ENCUENTRO DE GOBIERNOS GENERALES
DE LA FAMILIA PAULINA ONLINE

LOS LAICOS EN LA FAMILIA PAULINA PARA LA MISIÓN
L
OS RETOS A LA EVANGELIZACIÓN EN TIEMPO DE PANDEMIA

Queridos hermanos y hermanas de la Familia Paulina:

Al concluir el 38° Encuentro de los Gobiernos Generales, nos agrada compartir con vosotros algo de la riqueza recibida en estas jornadas.[1] Debido al distanciamiento físico impuesto por la pandemia en curso, por primera vez en 38 años, hemos vivido de modo nuevo este Encuentro. No sólo por el uso de la plataforma digital Zoom a la que todos estábamos conectados, sino sobre todo gracias a la numerosa y variada presencia de algunos Delegados de los Institutos agregados y de hermanas y hermanos Cooperadores paulinos. Su participación internacional dilató de hecho los confines de esta reunión de Familia dando realidad a la visión del beato Santiago Alberione, cuando nos recordaba que “Nuestra parroquia es el mundo”.

Compartimos, como link, algunos temas emergidos de las aportaciones escuchadas. El primer link vierte sobre habitar el sufrimiento colectivo causado por el Covid-19, no meramente soportándolo sino interrogándolo y dejándonos instruir por tal sufrimiento como un maestro de vida. Aprender como discípulos es la actitud característica de quien vive mirando a Jesús, camino, verdad y vida relacionándose con él como Maestro, único, Pastor hermoso y bueno. Esta máxima, reafirmada por el Prof. Stéfano Zamagni, economista, enlazó con la lección de vida que la pedagoga Chiara Scardicchio nos había narrado. Estamos paradójicamente viviendo un tiempo de gracia que nos da la oportunidad de redescubrir lo mejor de nosotros mismos. Redescubrir la humildad como verdad: el sensato “tener los pies en la tierra” para enraizarnos en lo que de veras vale. Ejercitar la prudencia para mirar en lontananza con amplia visión y parresía. En fin, estar atentos ante la arroganza de quien todo lo centraliza, peligro insidioso para quienes tienen responsabilidad de gobierno, dando al descuido la cultura de la subsidiaridad en vez de caminar siempre más solidarios, en estilo sinodal.

Nos hallamos todos en la misma tempestad, pero ciertamente no todos en la misma barca: en efecto no todos sacan los mismos resultados de esta pandemia. La divergencia social está ampliándose peligrosamente. Es necesario tener despierta la consciencia de la interconexión social, política, económica y humanitaria. Así emerge el segundo link entre la propuesta del Prof. Stéfano Zamagni con la visión trazada a grandes líneas por el Presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, reafirmando que el camino para salir de esta emergencia está en buscar y asumir juntos soluciones comunes.

El tercer link puede sintezisarse en la recomendación a no abdicar a la vocación paulina de la estudiosidad, como amor a la investigación, como arrojo en producir pensamiento de calidad que contribuya a cultivar, en nosotros y en nuestro entorno, el nuevo humanismo. Se remacha así la necesidad de dedicar tiempo y energías a la formación cultural para colmar una evidente laguna que produce preocupación: la pérdida de maestros.

Las lecturas críticas presentadas nos han abierto los ojos a una pobreza desbordante, de la que los media hablan poco, pero que trae consigo consecuencias humanamente nefastas: las secuelas de la pandemia para la vida eclesial. Si en ámbito institucional los gestos y las palabras del papa Francisco, y de algunos sensatos Pastores, siguen resonando como una advertencia profética, en el ámbito pastoral de las Iglesias particulares está produciéndose una deriva alarmante. Ciertamente, al menos en las Iglesias noroccidentales, los campanarios han caído ya desde hace tiempo, pero ahora, debido a la pandemia, se está diluyendo la consciencia de ser comunidad: un pueblo reunido en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y las consecuencias están a la vista de todos: en la vida sacramental, en el campo educativo y agregativo, en la vida parroquial. Es un tema sobre el que también se detuvo, aunque desde otra perspectiva, el Prof. Marco Ronconi, teólogo. La profunda demanda de espiritualidad y de sentido hecha resonar repetidamente nos ha llevado a abrir los ojos a esta disgregación de la persuasión de ser “ecclesia”, o sea comunidad, porque el Señor reúne en la misma casa a quienes están alentados por el mismo Espíritu. Y aquí viene el cuarto link. En nuestras manos está dejar que el tiempo se nos resbale como arena árida y estéril, o como semilla grávida de vida nueva (cfr. Thomas Merton).

Asimismo Marco Ronconi, desde su visual de laico, es decir de bautizado, por tanto como nosotros y con nosotros, parte del pueblo fiel de Dios, nos presentó la Iglesia que vendrá. Desde esta perspectiva popular nos invitó a afrontar la realidad como quien ha aprendido ante todo a amarla y no sólo a explicarla o a resolverla. Y así el Prof. Andrea Grillo, teólogo liturgista, con una lectura bendecidora, o sea positiva, de cuanto está sucediendo en nuestras vidas y en la manifestación, pública y privada, de la fe cristiana, nos ayudó a descubrir la dimensión sacramental de lo que vivimos. Hands, face, space [manos, cara, espacio] han pasado a ser globalmente mensajes de protección sanitaria, pero también experiencia directa donde recuperar la cualidad de la relación humana, con Dios, con la creación y con los demás. Y bien, si ahora la pandemia nos obliga a distanciarnos en el espacio, apropiémonos del axioma del papa Francisco “El tiempo es superior al espacio”, para redescubrir en el distanciamiento obligatorio nuevas oportunidades alternativas de relación, en comunión. Este es el quinto link.

El sexto link surgido es sobre el tema de la adultez. Llegó de modo transversal en todas las otras intervenciones escuchadas. La Iglesia, la sociedad, los jóvenes, la política, la cultura, la espiritualidad tienen necesidad de creyentes adultos, generadores, o sea creíbles y capaces de autorizar a otros a invertir con creatividad la herencia recibida. Justo como nos educa Jesús Maestro: quien por causa mía y del Evangelio pierda la propia vida –es decir, no la bloquea para sí– la salvarà (cfr. Mt 16,25), y tendrá vida plena en abundancia (cfr. Gv 10,10).

La mesa redonda on line, coordinada por el P. Vito Fracchiolla, Vicario general SSP, en la que participaron cinco Cooperadoras paulinas de diferentes Países –Christin Jezak (Estados Unidos/California), Rosane Manfro (Brasil), Lourdes Pechuela (Filipinas), Antonietta Rago (Italia) y Mireille Yav Manyong (Rep. Dem. del Congo)– dio ocasión de diálogo y escucha recíproca muy eficaz. Con responsable sentido de pertenencia a la Familia pidieron que se dé continuidad a estos encuentros para conocerse, formarse y para participar en la misión con proyectos concretos.

Estamos concienciados de que la Familia Paulina, presencia eclesial compuesta de bautizados que viven la común vocación cristiana en los diversos estados de vida –laical, religioso y ministerialidad ordenada–, afronta el desafío de responder a las nuevas preguntas que van surgiendo. Es preciso activar un intrépido proceso hermenéutico para la actualización de un carisma peculiar en obediencia al Espíritu de Dios y a las cuestiones de los hombres y mujeres de hoy. Nos incumbe la tarea de plantear bien las preguntas y de interceptar, sin excesivos filtros interpretativos, las voces de quien en cualquier parte está buscando vida y salvación, a veces aun sin saberlo.

Agradecemos al Señor cuanto nos ha otorgado vivir estos días y per la rica y proponedora presencia de todos. Damos gracias a los Secretarios generales que preparon este evento y a cuantos lo han llevado a cabo con calor humano, garbo y profesionalidad.

Os saludamos con afecto, en Jesús Maestro.

Roma, 11 de enero de 2021

Los y las participantes en el 38º encuentro
de gobiernos generales de la Familia Paulina

 

____________________________
[1] Las ponencias estarán disponibles en el sitio www.alberione.org


Allegati