Intercapitolo 2011 – Informacición n. 2

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Roma, 21 de febrero de 2011
Queridas hermanas:
Hemos llegado al término de nuestro camino intercapitular, donde hemos sentido viva entre nosotras la presencia de Maestra Tecla, no sólo por haber celebrado el aniversario de su muerte y el de su nacimiento, sino porque ella es para nosotras modelo por excelencia de vida, de pasión apostólica y de estilo de gobierno.
Hemos vivido intensa y creativamente cada etapa del camino intercapitular con jornadas bellas e intensas, que nos han visto dedicadas a la reflexión, oración y condivisión; jornadas de atenta escucha y comprensión recíproca, de sencillez, comunión y unidad en la diversidad, en la que se ha percibido un camino de congregación con mayor integración y armonía entre nosotras que nos llevan hacia la realización más plena del signo de la Primera Maestra: ser un solo corazón y un alma sola.
Desde lo más profundo del corazón brota un sincero y solemne magnificat por la presencia del Señor que nos ha sostenido en la fatiga, nos ha iluminado con su Palabra, conduciéndonos a consolidar en profundidad y amplitud el camino de rediseñación emprendido.
En la primera etapa hemos contemplado la fotografía de nuestra congregación, con sus luces y sombras; en la segunda etapa los relatores nos han ayudado a comprender y desarrollar el tema del Intercapítulo,m que puede encerrarse en este slogan: Habitadas por la Palabra, habitamos la red con la fuerza del carisma paulino declinado al femenino. En la última etapa hemos orado y trabajado para programar el próximo trienio, tanto a nivel continental como de congregación.
Las síntesis de los trabajos y las propuestas operativas están contenidas en el Documento final que podrán tener pronto en sus manos. Reportamos aquí sólo las propuestas para el desarrollo de la rediseñación de los diversos ámbitos de la vida paulina a nivel de congregación.
 
Rediseñar la vida espiritual
1.      Hacer «estallar» la fuerza transformadora de la Palabra que habita en nosotras y abre senderos de esperanza. Para tal fin, en el proyecto personal y comunitario privilegiar la asiduidad, la escucha, el estudio, la confrontación y la condivisión de la Palabra según el método verdad, camino y vida.
Rediseñar la pastoral vocacional
1.      Fundar la pastoral vocacional sobre la Palabra de Dios, la Eucaristía, y el testimonio gozoso de una vida totalmente entregada. Activar nuevas iniciativas vocacionales y consolidar las ya iniciadas: utilizar las nuevas tecnologías, formar a los jóvenes a los media, promover el contacto con las comunidades de inmigrantes y con los universitarios, dar a conocer nuestro carisma a los sacerdotes.
 
Rediseñar la relación autoridad-obediencia
1.      Seguir dando prioridad al valor de la relación autoridad-obediencia. Como estrategia privilegiar la escucha profunda de la Palabra, para vivir la configuración a Cristo obediente (cf. DF 39-40), y valorizar el estudio de las Constituciones, sobre todo los artículos dedicados a la obediencia y al gobierno.
2.      Organizar, a nivel de circunscripción, iniciativas de formación para las superioras y todas las hermanas sobre el tema de la obediencia y de la autoridad, para vivir con renovada conciencia un estilo relacional que abra a la comunión, a ejemplo de la Primera Maestra Tecla.
Rediseñar la condivisión del carisma con los laicos
1.      Hacer partícipes a los laicos del carisma paulino presentándolo en forma accesible y atrayente. Valorizar también los subsidios para la formación y la animación inseridos en el sitio paoline.org.
2.      Continuar decididamente a concretizar el Proyecto «Colaboradores para el Evangelio», implicando mayormente a los laicos en la misión y en la pastoral vocacional.
Rediseñar el apostolado
La rediseñación del apostolado, segunda prioridad del 9° Capítulo general y objeto de los próximos encuentros de apostolado y economía, ha iniciado con un laboratorio de dos días en los cuales, primero en grupo y después en asamblea, se han ofrecido y discutido orientaciones acerca de contenidos, metodología y participantes, para ofrecer a la comisión encargada de preparar los encuentros. El material elaborado está ahora en manos del gobierno general y se enriquecerá en las ulteriores profundizaciones y perspectivas de futuro, que madurarán en los encuentros continentales para después emprender el proceso que nos conducirá a un Proyecto apostólico global para todo el Instituto.
Como ha subrayado ya Sor M. Antonieta Bruscato en las conclusiones, «Para cada evento importante, en realidad, la conclusión es otro inicio. De hecho, ahora comienza un tiempo de animación para la implicación de toda la congregación, pero sobre todo, el tiempo de la concretización de las orientaciones y de las prioridades que han surgido de esta Asamblea».
El trabajo de dar vida a lo que el Espíritu ha llevado a maduración en el Intercapítulo, pasa hoy a manos de cada una de nosotras, en este particular momento histórico en el que nos preparamos a celebrar el centenario de la Familia Paulina y de nuestro Instituto. Sigamos unidas en la oración y en la escucha de la Palabra para hacer «estallar» su fuerza transformadora en nuestra vida, en las comunidades y en la misión.
En nombre de todas las intercapitulares deseo expresar nuestro gracias a Sor M. Antonieta Bruscato y a las hermanas del Consejo por la dedición y la fraterna cercanía; a Sor Battistina Capalbo, siempre incomparable en conducir los trabajos con competencia, claridad y paciencia, y a Sor Lucia Simula por su premura y atención en la gestión de la Casa San Paolo. Gracias a las hermanas de la Casa generalicia, que de varias maneras han ofrecido su valioso servicio y nos han sostenido con su presencia.
Extendemos nuestro gracias a cada una de ustedes, hermanas, por sus oraciones y por el afecto con el que nos han acompañado en este importante evento de congregación, expresado también a través de sus numerosos y muy gratos augurios y mensajes, sus visitas a las páginas del sitio institucional y a la significativa participación a las dos videoconferencias.
Con deseos de todo bien.
Sor Annunciata Bestetti y Sor Ida Porrino

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