Informaciones 2

Encuentro continental Europa-Canada/Quebec para la rediseñación de la presencia de las Hijas de San Pablo

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Roma, 23 de enero de 2010

Queridas hermanas:

Hemos llegado al final del Encuentro. Fue como un viaje en Europa, donde a través de los ojos y palabras de cada una de nuestras hermanas, hemos conocido una parte valiosa del viejo continente. No ha sido exactamente una gira turística, sino una gira cultural y pastoral, encontrando también panorámicas oscuras y amenazas de temporal. Dicho viaje se ha realizado al inicio de nuestro discernimiento. Inmediatamente se han delineado caminos sorprendentemente comunes, que dan una intensidad inédita a nuestra vida: la renovación de la vida espiritual, nuevas formas de anuncio, comunicación, multiculturalidad, estudio, coparticipación del carisma con los laico, pastoral vocacional, mentalidad más abierta a Europa, sinergia entre las Hijas de San Pablo en el continente…

¿’Cómo encaminarnos para realizar «nuestra» Europa unita? Pensando y actuando juntas, sin excluir rediseñaciones de algún confín geográfico, para lograr una mayor comunión y colaboración. Hemos recorrido las varias hipótesis como en punta de pies… hablando de itinerarios comunes para el ámbito formativo, de las comunidades, de la misión, de la asistencia y de una colaboración recíproca más estable. También hemos analizado la posibilidad de algunos cambios en los confines de nuestras circunscripciones. Hemos individuado criterios para el camino de rediseñación en Europa: la rapidez en decidir, una sabia gradualidad en la realización, la implicación de todas las hermanas, la libertad interior y la valentía de la fe.

De aquí, con la participación de todas, nació el Proyecto europeo, fruto de una búsqueda paciente y obstinada. La conducción metodológica de Sor Battistina Capalbo ha canalizado las búsquedas y las discusiones, orientándolas a su objetivo final, sin que se pierda el más mínimo sentir de la Asamblea.

A este punto sentimos en nosotras la viva conciencia que estamos viviendo un tiempo especial de «llamados históricos”, que apelan a nuestra responsabilidad vocacional y que nos dan el impulso justo para no dejarnos intimidar por los desafíos de nuestra pobreza.

En el actual contexto europeo y de Canadá/Quebec, multicultural, multireligioso y desorientado en la fe y en los valores, nos sentimos llamadas a dar un testimonio eficaz de fe en la comunicación del Evangelio, a trabajar con confianza, unidad y colaboración entre nosotras. El Proyecto da prioridad a:

−        Colaboración continental: con una comunicación organizada, encuentros por temas o iniciativas, evaluables en el Intercapítulo (en la pastoral vocacional, formación, apostolado-economía, gobierno); compartiendo recursos y talentos, como un «único cuerpo». Experimentaremos la fuerza de la comunión, expresaremos testimonio, profecía y anuncio.

−        Nuevos confines geográficos, a estudiar para Europa Centro-Est, y el inicio concreto de caminos comunes entre algunas circunscripciones, en vista de una eventual nueva configuración jurídica.

−        Estudio y profundización sobre: nuevas formas de apostolado, uso del digital; economía y administración, asistencia a las hermanas ancianas y enfermas.

En su conclusión, Sor M. Antonieta nos ha remitido a la imagen de los discípulos de Emaus, quienes en su desconcierto después de la pasión, piden a Jesús que permanezca con ellos.

Es el pedido que también nosotras le hacemos; Él nos asegura: «No teman: ¡yo estoy con ustedes!». Con Jesús ya no existe noche, ni cansancio, ni desilusión. Su presencia y su Palabra pueden rediseñar nuestro camino. En la historia de los tiempos, todos los que escucharon con docilidad y fidelidad la Palabra, se han convertido en «cartas vivientes» de Dios a través de su testimonio, narrando con sus vidas el amor del Señor. La Palabra de Dios, leída, meditada, compartida, vivida y actuada, nos transformará gradualmente hasta llegar a ser mujeres «de voz profética», como nos quería nuestro Fundador y Maestra Tecla.

El Encuentro continental ha sido como una escuela: ahora el desafío depende mucho de nuestra responsabilidad. Debemos tener la paciencia de los «pequeños pasos», para que las propuestas lleguen a ser operativas, den el gusto de la osadía, hagan sentir lo positivo del camino y alimenten la esperanza.

Mirando al pasado, vemos que Dios nos ha acompañado siempre. Entonces, ¿’porqué tener miedo del futuro? Todas estamos remando en la misma dirección, y el viento del Espíritu es el que sopla sobre nuestras velas. El Instituto va más allá… va «más allá» en la fe, intenta tomar impulso aún donde el pie no se apoya en tierra firme. La pobreza es un gran don. Nosotras, Hijas de San Pablo, sabemos por experiencia que cuando más pobres somos, tanto más el Señor nos lleva.

Si bien el Proyecto que ahora asumimos es exigente, tenemos la certeza que nos dará nuevas alas y que alimentará la vida de nuestras comunidades. La estrategia fundamental en nuestro camino de rediseñación será la implicación de todas las hermanas, ya que Dios actúa en el cuerpo, en todo el cuerpo de la Congregación.

Unas gracias afectuosas a todas ustedes, queridas hermanas, que han vivido con nosotras estas jornadas paulinas, acompañándonos con la oración. Gracias a las hermanas conventuales de más de 300 monasterios que han orado por nosotras.

Un afectuoso saludo

Sor M. Letizia Panzetti – Sor Vanda Salvador


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