I Domingo de Cuaresma 2023

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  Morir, de amor  

¡No morirás en absoluto! Sisea (Silba) la serpiente en el corazón del paraíso, y el hombre no comprende, y se deja seducir.

De las páginas del Génesis ese siseo (silbido) diabólico no cesa de tentar a nuestra humanidad. Como si no morir fuera la solución al deseo de vida llevamos dentro, como si no morir fuera el camino que recorrer  para encontrar  esa felicidad que tanto buscamos. E incluso el Evangelio no es otra cosa que la respuesta de Jesús a la gran tentación: no morir. La tentación declinada al infinito en el poseer, en la religión, en el poder. Respuestas seductoras al propio miedo de morir.

Pero Jesús ante la muerte no se cubre, muere desnudo, expuesto, sin esconderse. No tiene vergüenza ni siquiera muriendo en el madero infame de la cruz, si amas te despojas y te donas. La macabra danza del Calvario será también una danza de amor: sangre y pasión, corazones traspasados y lágrimas, alientos y abandonos, la gramática del amor es la misma de la muerte.

No morirás en absoluto sisea la serpiente, ya estás muriendo responde el Maestro. El centurión, que se encontraba frente a él, habiéndole visto morir de ese modo, dijo: ¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!

El hombre nace cuando reconoce y la muerte como posibilidad, como una continua posibilidad de amar. ¿Estamos muriendo de amor por alguien? Que esta sea la única pregunta para atravesar el desierto de nuestra Cuaresma.

Padre Alessandro Deho'alessandrodeho.com


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