2do domingo de Cuaresma 2021

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

El Hijo amado
Una nube vino y los cubrió con su sombra y de la nube salió una voz: « ¡Este es mi Hijo muy amado: escúchenlo!». Y de repente, mirando a su alrededor, no vieron a nadie, sino a Jesús solo, con ellos. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó no contar a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Y ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría resucitar de entre los muertos.

Si Pedro vencido por el estupor, habla mucho, ciertamente no les irá mejor a los otros discípulos, que asisten al anticipo de la resurrección que tiene lugar en el monte Tabor. Aquel a quien el Padre ama, y a quien estamos llamados a escuchar para seguir sus huellas, abre una brecha en los cielos y, antes del escándalo de la pasión donde se mostrará irreconocible a los suyos, muestra a ellos, sin el velo de la humanidad, el esplendor de su gloria. Pero los pobres ojos humanos y la poca comprensión de los discípulos, no logran comprender la grandeza de la esperanza a la cual son llamados. Y atónitos se preguntan: ¿Qué es la resurrección?

¿Qué esperanza puede haber? 
Oh Cristo, que has resucitado,
que has regresado vencedor
de la batalla contra la muerte,
dame ojos para reconocerte
en el condenado a muerte,
en el crucificado, en el agonizante
para que sepa reconocerte
cuando aparezcas
como Señor de la gloria.
Amén.

Tomado del libro Il Vangelo si fa strada de Roberta Vinerba, Paolinas 2019.


Allegati