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Verbum Domini. Volver a abrir al hombre de hoy el acceso a Dios

Volver a abrir al hombre de hoy el acceso a Dios

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Descubrir la centralidad de la Palabra de Dios para ser como Pablo testigos convencidos y creíbles del Resucitado: en síntesis, este es el mensaje de Benedicto XVI en la exhortación apostólica post-sinodal Verbum Domini, que recopila las reflexiones y las propuestas emergidas del Sínodo de los Obispos, realizado en el Vaticano en el mes de octubre de 2008, sobre el tema La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia.

El documento, de casi 200 páginas,  “después de cuarenta y cinco años retoma el mismo mensaje” de la constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II; además, es un apasionado llamado que el Papa dirige a los pastores, a los miembros de la vida consagrada y a los laicos para que familiaricen cada vez más con las Sagradas Escrituras”, sin  olvidar jamás “que en el fundamento de toda auténtica y viva espiritualidad cristiana está la Palabra de Dios proclamada, escuchada, acogida, celebrada y meditada en la Iglesia”.

“En un mundo que a menudo siente a Dios como superfluo o extraño” − afirma − “no existe prioridad más grande que ésta de volver a abrir al hombre de hoy el acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para que tengamos vida en abundancia”. Benedicto XVI desarrolla su reflexión a partir del Prólogo del Evangelio según Juan, hilo de oro de todo el documento, que nos pone frente “al misterio de Dios que se comunica a sí mismo mediante el don de su Palabra”.

Las tres partes, en las que se desarrolla la Exhortación Apostólica se asemejan a tres haces de luz intensa…

  • – La primera luz: Verbum Dei.

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios… y la Palabra se hizo carne (Jn 1,1.14).

En esta primera parte se pone en evidencia el rol fundamental del Dios que habla y que por iniciativa suya, abre un diálogo de amor con el hombre. Diálogo que en Jesús encuentra voz y rostro.

  • – La segunda luz: Verbum in Ecclesia.

A cuántos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios (Jn 1,12).

La segunda parte pone en relieve que por divina providencia, la Iglesia es la casa de la Palabra de Dios, que ha puesto su tienda entre los hombres. Jesús, en el Espíritu se hace contemporáneo de los hombres en la vida de la Iglesia.

  • – La tercera luz Verbum mundo.

A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer (Jn 1,18).

Esta última parte llama a todos los cristianos al deber de anunciar la Palabra de Dios en el mundo en el que viven y trabajan. El camino es el lugar donde la Palabra debe correr y revelar el amor de Dios.

La exhortación post-sinodal nos recuerda con fuerza que “se puede comprender la Escritura sólo si se la vive”: de hecho “la interpretación más profunda de la Escritura viene justamente de aquellos que se han dejado plasmar por la Palabra de Dios”, los Santos. “Ponerse a su escuela es un camino seguro para emprender una hermenéutica viva y eficaz de la Palabra de Dios”. Refiriéndose a María, “figura de la Iglesia en escucha de la Palabra de Dios, y que en ella se hace carne”, el Papa, junto a los Padres sinodales, expresa el vivo deseo que florezca “una nueva estación de más grande amor por la Sagrada Escritura de parte de todos los miembros del Pueblo de Dios, para que a través de su lectura orante y fiel en el tiempo, se profundice la relación con la persona misma de Jesús”.