Educados en la vigilancia: construye tu arca
Mt 24,37-44
Como fueron los días de Noé,
así será la venida del Hijo del Hombre.
Paradójicamente, se empieza por el final,
por lo que habríamos dejado para el último momento.
La vigilancia es el rasgo distintivo del cristiano,
es la forma de estar en la historia para ser constructores del Reino,
que está “cerca” de tus elecciones,
de tus cansancios,
de tus preguntas,
de tus sonrisas.
No es la actitud de los soñadores,
sino de los conscientes,
de aquellos que saben reconocer los pasos de Dios en su camino,
de los apasionados constructores de un Reino
que comienza cada vez que lo encarnamos en nuestro tiempo.
Mateo menciona el arca de Noé
porque Noé salvó esa parte del mundo
que le había sido dada y que solo él podía salvar.
Salva tú también
ese pedazo de historia que se te ha confiado,
porque solo tú puedes hacerlo.
© Monache benedettine del monastero di Sant’Anna a Bastia Umbra,
Schizzi di Vangelo (Bocetos del Evangelio), Paoline

