Domingo de Ramos 2025

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Mientras tanto Judas no deja de entregar, pero no por dinero. Quizás por obediencia, quizás por desesperación, quizás por amor, quizás. Judas se entrega a la ambigüedad, el corazón del hombre permanece oscuro. Y así será para siempre.

Primero hay instrucciones y códigos, el juego oculto de ser discípulo es misterioso: potros que desatar, mantos que extender y ramas de olivo que agitar, la vida que nos espera parece un juego de niños si no fuera por la muerte que hará incomprensible el entusiasmo de entrar en Jerusalén, salvo para los antiguos testamentos.
Luego una cena que es una entrega, sellando la amistad porque sólo los amigos pueden traicionarse y traicionarse entre sí.
Pienso en la traición como el sello de un vínculo.
Tomar, bendecir, romper, como nacer, bendecir, morir. Me parece que no me queda nada por aprender excepto el arte de bendecir.
Y no oramos sino en el corazón del escándalo. No hay oración sino en el temor y la angustia.
No hay oración sino en un alma triste hasta la muerte.
Pasaría mi vida siguiendo el destino del aliento, que de un beso se estrangula en un nudo suspendido para siempre en el remordimiento. Judá. Pero también Pedro que finalmente comprende que aún no lo ha entendido.

Porque sólo la muerte es comprensión, ése es el drama de los vivos. Y finalmente la cruz. No queda más que caminar hacia ella, cruzarla, y esperar que la Luz nos resucite.

Padre Alessandro Deho'alessandrodeho.com


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