Domingo de Pascua 2025

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Quiero aprender a amar, como si fuera “el primer dia de la semana”  o el primer día de mi vida o incluso el último. Quiero, porque si no aprendo moriré. Quiero aprender a amar porque si no empiezo a amar, mi vida no empezará nunca, porque sólo empieza quien ama. Porque la vida sólo la mueven aquellos cuyo corazón late por un rostro.

Quiero aprender a amar, como María Magdalena en el Evangelio que “fue al sepulcro por la mañana, cuando todavía estaba oscuro”. Que al menos un cadáver sobre el que llorar es mejor que el frío que entra en los huesos.

Quiero aprender a amar como Magdalena, aunque sea aprendiendo a hacer cosas inútiles. Inútiles como ir de noche a una tumba. Y siento que cuando aprenda a sentir que en la vida las cosas que realmente cuentan son las in-utilitarias (las cosas esenciales no aportan nada) empezaré a resucitar.

Quiero aprender a amar como María Magdalena que puede decir “se han llevado al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”, que es una frase que sólo los enamorados pueden permitirse pensar. Porque aprender a amar es saber que el Amor no se desvanece, a lo sumo se lo llevan. Y por eso lo buscas porque sabes que es verdad que existe, porque lo has respirado, porque lo echas de menos.

Quiero aprender a amar como amó María Magdalena, que llega al final del Evangelio por una sola razón, una razón solamente: ser llamada por su nombre. Y entonces, y sólo entonces, comprende que sólo quienes nos aman pueden pronunciar nuestro nombre sin estropearlo.

Padre Alessandro Deho'alessandrodeho.com


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