ITALIA
Arezzo: la comunidad nos cuenta

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Una comunidad paulina es llamada a la misión, a estar siempre presente en el campo de batalla… Para algunos puede parecer extraño que nuestra comunidad se haya ejercitado, por dos semanas, en un Taller sobre Lectio Divina, en vez de inventar algo “para los demás” para proponer en este difícil período. Pero una casa, destruida no se reconstruye con el mismo material de antes. Después del 12 Marzo, con el cierre obligado de nuestro centro apostólico y de otras actividades, nos hemos encontrado, como muchos de nuestros hermanos y hermanas, sorprendidos y confusos con la tentación de ofrecer respuestas ya elaboradas a las preguntas que surgían del corazón de todos. Cómo afirmar ¿Qué Dios también nos está hablando en esta tragedia y qué el está siempre presente en obra? Las palabras que estamos llamadas a decir y volver a decir, deben surgir de una lectura más profunda de los acontecimientos y tejidas en el silencio, en la escucha y en la reflexión compartida. Así, hemos desempolvado este probado itinerario de oración, meditación, contemplación que ha alimentado la vida de centenares de generaciones, que probablemente habíamos descuidado, absorbidas por el frenesí del deber estar siempre a la altura de todas las situaciones. También en este período de asilamiento social obligado.

Siguiendo el itinerario de la Lectio Divina, por dos semanas,  nos hemos saciado de las aguas de la Palabra de  Dios, contenidas en las Escrituras, en particular en el Evangelio de Lucas y luego con sorpresa, encontrar en los sucesos, que estamos viviendo la misma Palabra viva y palpitante. Dios, hoy, en plena pandemia global no es el Ausente, sino el Viviente y Operante sobre todo, en aquellos que se dedican a los demás sin escatimar nada, hasta la entrega total de sí mismos.

Ahora quizás, estemos listas no para ofrecer respuestas fáciles “prefabricadas”, sino para  volver a decir las mismas palabras de siempre, con más conciencia porque surgen de la escucha, del vaciarnos de nosotras mismas y convencidas que cualquier conversión o cambio socio– cultural, parte principalmente de cada uno de nosotros. No sabemos qué nos deparará el futuro como comunidad paulina. Pero estamos seguras que el espíritu será renovado y las formas de escuchar la Palabra, aprendidas estos días, no serán un parentesis más, sino un estilo de vida de los días que vendrán para aprender a leer la Historia con la mirada de Dios.