Han transcurrido 25 años de la llegada de las Hijas de San Pablo a Sudáfrica, la tierra de Nelson Mandela. Una presencia nacida del proyecto misionero de las Hijas de San Pablo, realizado en el 1994, en ocasión del Centenario del nacimiento de Maestra Tecla. Gracias al Señor se expresaron con una solemne celebración presidida por el arzobispo de Johannesburgo Mons. Buti Joseph Tlhagale, con la presencia de sacerdotes, religiosos, laicos, amigos y colaboradores. Los testimonios del camino de la primera comunidad, de la cual dos hermanas están todavía presentes, enriquecieron el evento con un ambiente de alegría y agradecimiento.
Las primeras cuatro hermanas llegaron a Johannesburgo el 12 de abril de 1994, dos semanas antes de las elecciones democráticas, en que la mayoría de los ciudadanos sudafricanos votaron por primera vez y que con la elección de Mandela como Presidente, Sudáfrica salió de la ley racial del apartheid.
Las Paulinas respiraron la atmósfera de libertad en la sociedad y en la Iglesia y se integraron en el nuevo camino del País.
La pequeña comunidad, asumiendo el lema de San Pablo me hice todo a todos, siempre ha tenido las características de una comunidad misionera, internacional, abierta a todas las etnias y a todas las religiones. Características que han crecido a lo largo de los años con la llegada de nuevos miembros, nuevos pasos adelante en la misión paulina y con la apertura de otra comunidad en Durban.
El artículo en el semanal católico Southern Cross y la entrevista en la Radio Veritas a una de las primeras hermanas misioneras conducida por el Arzobispo de Pretoria, Mons. William Slattery, contribuyeron a difundir la noticia por todo el País.
