En Saddar, una de las zonas más pobladas y caóticas de la ex capital de Pakistán, hay una pequeña librería a cargo de las Hijas de San Pablo. Tener Biblias, catecismos y especialmente audiovisuales en un barrio como éste es muy peligroso.
Los talibanes acusan a las hermanas de poseer material prohibido por el Corán, incluyendo audiovisuales e imágenes de los profetas, haciendo circular por todo el vecindario mensajes amenazadores con escritos: «o cierran o morirán». La librería dispone de numerosos textos de religión, rosarios y catecismos en urdu y en inglés y es el único centro de distribución de la Biblia católica. Lamentablemente las enormes dificultades económica hacen prohibitivo para los fieles hasta la adquisición de un simple libro. Los cristianos no encuentran trabajo ya que son discriminados y las familias no tienen ni siquiera dinero para comprar comida y mandar a sus hijos a la escuela.
La librería, no es la única tarea de las Paulinas, ya que van a las parroquias de los diversos suburbios de la periferia de Karachi – para enseñar el catecismo a los niños y explicar a las madres la importancia de educar a sus hijos a la fe.
