La Cuaresma es uno de los momentos en que, como cristianos, podemos tomar el Evangelio en serio y hacerlo realidad. Hay muchas maneras de encarnar la Escritura, pero este año la librería Paulinas de Brescia, junto con los capellanes de las cárceles y algunas parroquias, ha optado por tomar al pie de la letra una palabra de Jesús: « Estuve en la cárcel y vinisteis a visitarme».
Si la lectura siempre ha sido una forma de evasión y de formación, ésta puede adquirir un valor muy profundo para quienes viven en una condición de falta de libertad y de sufrimiento. Además, los libros pueden cambiar vidas; tanto más el Evangelio, que puede abrir las puertas a la luz, dar mensajes de esperanza.
La iniciativa conocida como un Vangelo sospeso (Evangelio suspendido, se deja pendiente, se compran dos y se dona para una causa el otro) comenzó el 22 de febrero hasta el 2 de abril. Se desarrolló muy concretamente en la colección de Evangelios de diferentes tipos, adquiridos en la Librería Paulinas, y destinados a las personas detenidas en las prisiones «Nerio Fischione» y «Verziano» de Brescia. Los que se han sumado han comprado un Evangelio, han escrito una dedicatoria con un aliento y un recordatorio para aquellos que experimentan la dura realidad de la prisión y lo han dejado en una canasta especial. Los Evangelios recogidos llegarán a los presos a través de los capellanes y del obispo, Mons. Pierantonio Tremolada.
Además, se involucraron personalmente unas 20 parroquias en la iniciativa. De hecho, los niños y niñas de diferentes grupos de edad se comprometieron a continuar el evento ofreciendo un buffet al final de las celebraciones eucarísticas. Al final de la Cuaresma , se llevó a cabo un momento con los jóvenes y las jóvenes que contribuyeron a la difusión del Evangelio, compartiendo una reflexión de los capellanes de la prisión, un momento de oración, el relato de los que participaron personalmente y una merienda, para que permanezca como un gesto significativo también para ellos.
