La comunidad internacional de las estudiantes de vía Borgo Angelico, de la ciudad de Roma, este año ha celebrado el nacimiento de Jesús en la cárcel femenina de Rebibbia, que actualmente cuenta con 420 detenidas.
Ciertamente, se trata de una realidad diferente de la vivida cada día según el ritmo del estudio universitario, que sin embargo se ha abierto hacia todas aquellas personas que viven la navidad en una situación de detención. A aceptar y acompañar al grupo ha sido el Padre Gianluigi Poirè, franciscano conventual y capellán de la cárcel femenina, que ha contado que ha podido donar recientemente al Santo Padre una bolsa de cuero confeccionada a mano por las mismas presas.
La luz de la noche santa ha iluminado la pequeña capilla, donde las Hijas de San Pablo, las Hermanas Misioneras de la Caridad, algunos laicos voluntarios, un funcionario del Estado y buena parte de las detenidas, han celebrado la Navidad. Sorprendente e inesperada ha sido la posibilidad de sentirse físicamente cercanas a las detenidas, mujeres (en su mayor parte jóvenes, provenientes de diversos países del mundo) y también madres. En un clima de fraternidad, sobre la paja que cubría el piso de la capilla y el llanto de un neonato en los brazos su madre, las Paulinas han vivido una Navidad diversa, quizás más cercana a la realidad de Belén.
Como recuerdo han regalado a todas el Evangelio según Mateo. Un Evangelio que justamente al inicio contempla aquella particular presencia femenina que aun conociendo la fatiga de vivir y de creer, permanece eternamente insertado en la genealogía misma de Jesús.