Tercera Carta circular en el Año de la Vida Consagrada

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Contemplad sobre las huellas de la Belleza, estos temas de la tercera circular en el Año de la Vida Consagrada, escrita por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
La carta invita a todos los consagrados a vivir la dimensión contemplativa en las tantas ocupaciones de la vida cotidiana, a descubrir la vida de relación con Dios para mirar con sus ojos la humanidad y la Creación.
 
A este propósito el papa Francisco en una homilía en la capilla de la Casa Santa Marta ha dicho: «La dimensión contemplativa es indispensable, en medio de los compromisos más urgentes y pesados.. Mientras más la misión nos llama a ir hacia las periferias existenciales, más nuestro corazón siente la necesidad íntima de estar unido al de Cristo, lleno de misericordia y amor”.
Despés de las dos cartas Alegraos y Escrutad, con la tercera Carta continúa el recorrido de reflexión sobre la Vida Consagrada, que se desarrolla siguiendo el hilo rojo del libro del Cantar de los Cantares.
 
Al inicio del Año  jubilar, el texto  llama a cada uno a la búsqueda de Jesús, Rostro de la misericordia del Padre, y marca un camino a recorrer: «Cada consagrada y cada consagrado es llamado a contemplar y a testimoniar el Rostro de Dio como Aquel que entiende y comprende nuestras debilidades (cf. Sal 102), para vaciar el bálsamo de la cercanía sobre las heridas humanas, contrastando el cinismo de la indiferencia» (Contemplad, 59).