En un convenio celebrado en Lahore, aproximadamente 130 mujeres cristianas han analizado problemas y propuesto iniciativas. Las mujeres cristianas pakistaníes deben desempeñar un papel más activo en la sociedad, empezando por el derecho primario e inalienable de votar y de ser elegidas. Este es uno de los puntos alrededor del cual se ha debatido mucho.
La situación femenina en los últimos años no parece haber mejorado; un dato sobre todo confirma esta tendencia: en el 2007 las mujeres eran el 30% del total de los electores, respecto al 40% registrado en el 2002. Lillian Younas, vicepresidente Shaad (Association for Social Harmony Awareness and Development), apunta el dedo contra «valores patriarcales, una ley discriminatoria, políticas inadecuadas» que no favorecen el desarrollo femenino. Hasta para recibir la carta de identidad «dependen de los hombres de la familia».