II° Domingo de Cuaresma 2024

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  SI FUERA LA   luz (Marcos 9,2-10)

Nos parece sentir el corazón de Pedro: ¿Por qué tanta belleza Jesús? ¿Por qué ahogarnos en la luz cuando todo se acabará? ¿Cómo soportar el peso de las tinieblas después de haber bebido de la caricia luminosa de la belleza transfiguradora? Después de tanta luz, ¿cómo podemos seguir enamorándonos del hombre?

Así que mejor intentar contenerse, aunque sea un poco, pero contenerse: tres chozas. Como un niño que junta las manos en el agua, pensando contener el mar. Otra tienda está lista en el horizonte, como una nube que desciende del Cielo para contener incluso la propia luz. Tal vez Pedro empezaba a comprender. Como una nube, el seno de Dios Padre envuelve todas las cosas. Suya es la voz que nos invita a escuchar al Hijo. Quizá Pedro lo entiende. Quizá nosotros también lo entendamos. La transfiguración no es un anticipo del futuro, sino un vientre divino que desciende del cielo para envolvernos.

Mientras descendían de la montaña. Le ombre si avvicinano, la luce rimane alle spalle, Gesù chiede silenzio. Non possono capire i discepoli. Forse ricorderanno che quello che hanno vissuto non è altro che un punto di vista. Il punto di vista che permetterà di comprendere l’agire storico di Gesù. Passava, toccava e faceva nascere.  Portava alla luce.

Su última montaña estaba envuelta en una nube fuera de tiempo, en un intento extremo de ocultar el sol. Luz, incluso dentro de la experiencia de la muerte, inclusive en el Calvario, aun tras la piedra cerrada de un sepulcro. La transfiguración se convertirá en resurrección.

Padre Alessandro Deho'alessandrodeho.com


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