Son diversos los institutos y congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, que trabajan en sus obras en la diócesis de Sendai, epicentro del cisma y del tsunami que ha devastado las costas japonesas. Las Hijas de San Pablo, presentes en Japón con 13 comunidades y 140 religiosas locales, tienen en Sendai una comunidad y una librería.
Reportamos algunas expresiones de Sor Francisca Matsuoka, consejera general japonesa: «Actualmente en la comunidad de Sendai se encuentran 6 hermanas de edad bastante avanzada. La superiora se encuentra en Tokio participando al encuentro de las superioras locales y no logra regresar a su comunidad, porque los medios de transporte no funcionan. Las hermanas de la comunidad de Sendai se han asustado mucho y alguna lleva el peso de las consecuencias. Por gracia las paredes de la casa resistieron a los temblores, si bien dentro está todo destruido. En la casa no tienen agua ni gas. Para tener el agua es necesario hacer la fila por casi tres horas.
Tampoco pueden comprar alimentos, así que están viviendo con lo que tenían en casa y la ayuda de algunos colaboradores o amigos que les llevan alimentos a pie o en bicicleta. Se ayudan recíprocamente… Respecto a la librería, que se encuentra en el perímetro de la Catedral, en el centro de la ciudad, a distancia de algunos Km, no se conocen aún los daños. Además, las hermanas están muy preocupadas por la contaminación radioactiva de las explosiones de las centrales nucleares de Fukushima…».
A nuestras hermanas y a todos los miembros de la Familia Paulina de Japón, les aseguramos nuestro recuerdo y nuestra solidaridad.