En vista del aňo 2015, aňo que la Iglesia ha dedicado a la vida consagrada, la Congregación para los Institutos de vida consagrda y las sociedades de vida apostólica pùblica, escribió una carta Alegrense, a todos los consagrados y a las consagradas para invitarlos a confrontar el Evangelio con la la vida a partir del magisterio de Francesco.
La palabra del Papa exorta a los religiosos a “despertar el mundo”, convencido de que la verdadera alegría es contagiosa”. A los religiosos está confiada la misión de testimoniar, sin “gestos èpicos, ni palabras altisonantes”, la alegría que “ nace de la certeza de sentirnos amados, y de la confianza de ser salvados”.