Corría el año 1994, cuando en Roma se puso en marcha el Proyecto Misionero. El 12 de abril del mismo año las Hijas de San Pablo llegaron a Johannesburgo para iniciar su misión. En estos veinte años han caminado con la democracia instituida por Nelson Mandela, exactamente el 27 de abril de 1994, que puso fin al apartheid. Veinte años de servicio y dedicación apostólica.
En una mirada retrospectiva el primer sentimiento que surge es el la acción de gracias a Dios que siempre ha iluminado y guiado con la convicción de que “Sin mí nada pueden hacer”. Si la humildad es verdad, como decía el Beato Alberione, la presencia de las Paulinas en Sudáfrica es valiosa porque siempre ha favorecido un camino hacia la democracia y la igualdad, sin discriminación de color y de clases sociales.
El lema “Siempre en camino Hijas de San Pablo” aún hoy sigue guiando y alentando en este país para encontrar nuevos caminos al Evangelio.
