Espíritu Santo,
por intercesión de la Reina de Pentecostés,
sana mi mente de la superficialidad, de la ignorancia, el olvido, la dureza,
el prejuicio, el errar y la perversión,
y engendra  en todo mi ser
la Sabiduríia, Jesucristo-verdad.
Sana mi coraz6n de la indiferencia,
la desconfianza, las malas inclinaciones,
pasiones, sentimientos y apegos, y engendra  en mi los gustos, sentimientos e inclinaciones,
a Jesús-vida.
 
Sana mi voluntad de la abulia, la ligereza,
la inconstancia, la indolencia, la obstinación
y los malos hábitos,
y engendra  en mí a Jesucristo-camino,
el amor nuevo a todo lo que ama Jesucristo
y a Jesucristo mismo.
 
Eleva mi mente con el don de la inteligencia, mi saber con el don de la sabiduría,
el conocimiento con la ciencia, la prudencia con e_l consejo,
la justicia con la p1edad,
la fortaleza  con el don de la fuerza  espiritual,
y la templanza con el temor  de Dios.