Jesús, Maestro Divino, tú dijiste: “La mies es mucha, pero los obreros pocos”. Con amor recibimos tu invitación:
” Rueguen al Padre celestial para que envíe obreros a la mies.”
” Rueguen al Padre celestial para que envíe obreros a la mies.”
Suscita un amplio movimiento vocacional: ” Todos los fieles para todas las vocaciones “. Que aumente el numero de los sacerdotes!
Que sean sal de la tierra, luz del mundo, ciudad puesta en alto, para la salvaciòn de la humanidad redimida con tu sangre.
Que aumente el nùmero de los consagrados.
Que llenen la tierra de institutos y comunidades que acojan a tus elegidos; que sean comundades de luz y de calor, manantiales de espiritualidad, jardines de santos,
para cantar: Gloria a Dios y paz en la tierra a llos hombres que ama el Señor”.
Que sean sal de la tierra, luz del mundo, ciudad puesta en alto, para la salvaciòn de la humanidad redimida con tu sangre.
Que aumente el nùmero de los consagrados.
Que llenen la tierra de institutos y comunidades que acojan a tus elegidos; que sean comundades de luz y de calor, manantiales de espiritualidad, jardines de santos,
para cantar: Gloria a Dios y paz en la tierra a llos hombres que ama el Señor”.
María, “la elegida de Dios”, Madre y protectora de las vocaciones, ruega por nosotros y por todos los llamados. Amén.
