Segundo domingo de Cuaresma 2018

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Gramática de la Cuaresma

Hijo

 A partir de la vida…   

La palabra hijo nos evoca una relación. Somos siempre hijos de alguien. Nunca estamos completamente separados del mundo.

Ser hijo es una vocación: estamos llamados desde siempre a compartir la vida con alguno otro.

Somos hijos porque siempre hay alguien que nos precede: la vida jamás inicia desde nosotros. Ser hijo quiere decir que la vida nos ha sido donada.

El hijo es el futuro, es la vida que continúa. Pero precisamente aquí, se esconde el riego: así como no podemos controlar el futuro, del mismo modo no podemos controlar la vida de un hijo.

 

 Escuchando la Palabra…   

La Palabra de Dios nos presenta muchos modos de vivir la relación entre padres e hijos: Dios pide a Abraham de sacrificar a su hijo Isaac, porque Abraham ha confundido el don y al donador. En el corazón de Abraham hay sólo espacio para el hijo. Isaac, que llega a ser el centro de su vida. Dios invita por esto a Abraham a volver a poner en orden su corazón y a reconocer que Isaac es un regalo de Dios.

Jacob, en cambio, muestra una tal predilección por su hijo José al punto de suscitar la envidia de los otros hermanos.

Finalmente, María sabe acoger aquella dolorosa distancia que permite a Jesús de anunciar a todos el Reino de Dios.

 

 ¿Dónde podemos en la Biblia encontrar la palabra hijo?   

  • Gn 27,27:

Él se acercó y lo besó, y al aspirar Isaac el aroma de sus ropas, lo bendijo:
« Es el aroma de mi hijo
como el aroma de un campo
que el Señor ha bendecido ».

  • Jn 19,26:

Jesús entonces, viendo a su madre y junto a ella al discípulo que más amaba, dijo a la madre: « ¡Mujer, he ahí a tu hijo!».

 

 Preguntas para meditar   

  • • ¿Cómo has vivido hasta ahora tu condición de hijo?
  • • ¿Cuánto espacio hay para Dios en tu corazón?
padre Gaetano Piccolo SJ.

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