Gaudete et Exsultate, es la tercera exhortación apostólica escrita por el Papa Francisco para «encarnar la santidad en el contexto actual, con sus riesgos, sus desafíos y sus oportunidades». Dios llama a ser santos en los dobleces de la vida cotidiana. Santos, no superhéroes. Una invitación dirigida a todos. Ninguno está excluido
La santidad de la puerta de al lado, esta es la tesis del Papa: «Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente. En los padres que crían a sus hijos con tanto amor, en los hombres y mujeres que trabajan para llevar pan a casa, en los enfermos, en los religiosos mayores que continúan sonriendo».
El Papa Francisco elogia el «genio femenino que se manifiesta en estilos femeninos de santidad, indispensables para reflejar la santidad de Dios en este mundo». Cita a: Hildegarda de Bingen, Brígida, Catalina de Siena, Teresa de Ávila y Teresa de Lisieux, Edith Stein, para enfatizar que «también en épocas en las que las mujeres fueron mayormente excluidas, el Espíritu Santo ha suscitado santas cuya fascinación ha causado nuevos dinamismos espirituales e importantes reformas en la Iglesia».
Pero la historia de la Iglesia, subraya todavía el Papa, la hacen también ««tantas mujeres desconocidas u olvidadas que, cada una a su manera, han sostenido y transformado familias y comunidades con la fuerza de su testimonio».
Como Paulinas podemos hacer nuestro el grito de alarma del Papa no caer en la tentación de una «información superficial», mostrando, el número 108, «como las formas de comunicación rápida y virtual pueden ser un factor de atontamiento que se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos». La invitación del Papa Francisco puede convertirse en nuestro camino hacia la santidad: «En medio de esta vorágine actual, el Evangelio resuena nuevamente para ofrecernos una vida diversa, más sana y más feliz».