El Papa Francisco ha presidido el sábado 22 de abril, en la Basílica romana de San Bartolome en la Isla, una Oración por los Nuevos Mártires, promovida por la Comunidad de San Egidio. «Esultan en el cielo los santos mártires, que han seguido las huellas de Cristo y que por su amor han derramado su sangre y se alegran para siempre en el Señor». Son las primeras palabras del Himno de los Mártires que, junto al sonido de las campanas, han acompañado la llegada del Papa Francisco.
Momento fuerte de la celebración han sido los testimonios sobre los nuevos mártires: el hijo de Paul Schneider, pastor de la Iglesia reformada, muerto en el campo de estermio de Buchenwald en 1939, un amigo de William Quijano, asesinado por bandas armadas en Salvador y Roselyne Hamel, hermana del padre Jacques, asesinado en la iglesia por fundamentalistas islámicos. «Que el sacrificio de Jacques – es su deseo – pueda dar frutos, para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo puedan encontrar el camino para vivir juntos en paz».